Las Murallas de Sant Mateu son declaradas Bien de Interés Cultural y fueron construidas entre los años 1357 y 1380 con el objetivo de rodear al municipio de Sant Mateu y fueron ordenadas en el maestrazgo de Pedro de Thous.
Sus características se fundamentan en su objetivo, el de rodear al municipio con sus 1.600 metros de perímetro y ocho portales de acceso, en su forma, como el grosor variable y una altura con un valor medio de 6 metros con las almenas, y en su composición, ser de mampostería.
Las murallas fueron posteriores a un muro primitivo del siglo XIII que estaba alrededor del núcleo de fundación del municipio y que se ubicaba en la parte alta de la población, en el entorno de la Iglesia de San Pedro. De este, solamente quedan preservados el muro sur de la Iglesia de San Pedro y algunos vestigios en la sacristía.
Se encuentran en el margen derecho del río del Palacio, son los 260 metros, el único tramo que se conserva de la muralla, además de una pequeña cantidad de vestigios menores de algunos de los portales de acceso al municipio, como el Portal de Morella y la Torre de Cantacorps.
Los pocos vestigios y tramos que quedan preservados de las murallas se debe a que tras la victoria de la Casa de Borbón conseguida en la Guerra de Sucesión, se dio el mandato de derruir las murallas de Sant Mateu, orden que fue cumplida parcialmente durante el siglo XVIII. Pero no es hasta el final de la Primera Guerra Carlista que se produce una gradual y progresiva desaparición de las murallas a través de la destrucción del lienzo y de los portales de las mismas, cuyos materiales tuvieron como fin la reutilización en construcción de otras viviendas y residencias.